Existen diferentes posturas respecto a si la observabilidad y la monitorización son dos caras de una misma moneda.

Vamos a analizar y a explicar qué es la observabilidad de un sistema, qué relación tiene con la monitorización y por qué es importante comprender las diferencias entre ambas.

¿Qué es la observabilidad?

Ateniéndonos a la definición exacta del concepto de observabilidad, la observabilidad no es más que la medida que determina cómo los estados internos pueden ser inferidos a través de las salidas externas.

Es decir, que podemos deducir cómo está el sistema en un momento dado si conocemos solamente las salidas de ese sistema.

Pero vamos a verlo mejor con un ejemplo.

¿Qué tienen que ver observabilidad y monitorización? Ejemplo práctico

Hay quien dice que la monitorización proporciona conocimiento de la situación y la observabilidad (la capacidad de observación) ayuda a determinar lo que está sucediendo y lo que hay que hacer al respecto.

¿Entonces qué pasa con el análisis de causa raíz (root cause analysis) que proveen los sistemas de monitorización desde hace más de una década?

¿Qué ocurre con la correlación de eventos que tantos dolores de cabeza ha motivado?

Ambos conceptos eran esencialmente eso que promete la observabilidad, que no es otra cosa que añadir dimensiones a nuestro entendimiento del entorno. Ser capaz de contemplar (u observar) la complejidad en su conjunto y entender qué ocurre.

Veámoslo con un ejemplo:

Supongamos que nuestro negocio depende de un manzano. Vendemos manzanas y nuestro árbol necesita estar sano.

Podemos medir el PH de la tierra, la humedad, la temperatura del árbol e incluso la existencia de insectos malos para la planta.

Medir cada uno de esos parámetros es monitorizar la salud del árbol, pero de forma individual sólo son datos sin contexto, con umbrales que pueden delimitar qué está bien o qué está mal.

Cuando miramos ese árbol y además vemos esas métricas en un papel, sabemos que está sano porque tenemos esa imagen de lo que tiene que ser un árbol sano.

Esa es la diferencia entre observar y monitorizar.

Puedes hacerte un análisis de sangre, pero solo verás algunas métricas concretas.

Si tienes dudas sobre tu salud, irás a un médico a que te observará y se ayudará de los datos del análisis para hacerte más pruebas o mandarte a casa con una palmadita en la espalda. 

La monitorización es lo que nutre la observación.

No estamos hablando de un nuevo concepto, estamos redescubriendo la pólvora.

Aunque siendo justos la pólvora puede ser un arma poderosa o tan solo usarse para fuegos artificiales.

El camino hacia la observabilidad

Uno de los problemas endémicos que tiene la monitorización es la verticalidad.

Tener “silos” aislados de conocimiento y tecnología que apenas tienen contacto entre sí.

Redes, aplicaciones, servidores, almacenamiento.

No solo no tienen mucho que ver unos con otros, si no que a veces las herramientas y los equipos que las manejan son independientes. 

Volviendo a nuestro ejemplo, es como si se nos estuviera muriendo el manzano y preguntásemos a cada experto por separado:

  • Nuestro experto en suelos nos diría que está bien
  • Nuestro experto en insectos nos diría que está bien
  • Nuestro experto meteorólogo nos diría que está todo bien.

Quizá el gusano que se está comiendo al árbol reflejó un pico extraño en el PH del suelo y todo ocurrió un día de tormenta subtropical.

Por sí solos los datos no crearon alarmas, o si lo hicieron se corrigieron solas, pero el conjunto de todas las señales deberían haber anunciado algo peor. 

El primer paso para alcanzar la observabilidad es ser capaz de poner en conjunto métricas de diferentes dominios/entornos en un solo lugar. Así podremos analizarlas, compararlas, mezclarlas e interpretarlas.

Lo que desde Pandora FMS llevamos diciendo casi una década: tener una única herramienta de monitorización para verlo todo.

Pero solo es el primer paso, sigamos.

¿Se equivoca el Doctor House cuando dice que todo el mundo miente?

O mejor dicho, que cada uno cuenta lo que cree conocer.

Si le preguntas a un servidor a nivel de red si está bien, te dirá que sí.

Si no hay conectividad de red y la aplicación está en perfecto estado, y le preguntas a nivel de aplicación si está bien, te dirá que está bien.

En ambos casos no se está prestando servicio.

Y nos diremos, ¿pero como que está bien?, ¡si no funciona!

Ahí está la razón de que observabilidad y monitorización no son lo mismo.

Es el procesado de todas las señales lo que produce un diagnóstico, y un diagnóstico es algo que aporta mucho más valor que un dato.

¿Es mejor observar o monitorizar?

Mal.

Si te estás haciendo esa pregunta es que no nos hemos logrado entender.

¿Es mejor ir al médico o hacernos solo un análisis?

Depende de lo que te juegues.

Si es importante, deberás observar con todos los datos disponibles.

Si lo que te preocupa es algo muy concreto y conoces bien de qué estás hablando, quizá te valga con monitorizar un grupo de datos aislados.

Aunque, ¿seguro que te puedes permitir solo monitorizar?

Encontrando la aguja en el pajar

Entre tantos datos, con miles de métricas, la pregunta es cómo obtener información relevante entre tanta morralla. ¿Cierto?

AIOPS, correlación, bigdata, análisis de causa raíz…

¿Estamos ante otro palabro inventado para hablar de lo mismo?

Puede, pero en el fondo es una reflexión más profunda y significativa:

¿De qué sirven tantos datos (Bigdata) si no tengo la capacidad para que su análisis me sirva de algo práctico?

¿De qué sirven tecnologías, como AIOPS, si no podemos tener los distintos datos de todos nuestros sistemas, juntos y accesibles?

Antes de elaborar magia negra, primero hay que conseguir los ingredientes, si no, todo queda en promesas e inversiones costosas que conllevan perder el tiempo y la desagradable sensación de que nos han engañado.

De monitorización a observabilidad

Para poder elevar la monitorización al nuevo paradigma de la observabilidad, debemos reunir todos los datos posibles para realizar un análisis.

Pero, ¿cómo los obtenemos?

Con una herramienta de monitorización.

Sí, una herramienta como Pandora FMS, que pueda reunir toda la información en una sola pieza, sin diferentes partes, ni componiendo un Frankenstein que no sabemos ni lo que cuesta ni cómo se ensambla.

Y no hablamos de un Ikea de la monitorización, formado por cientos de piezas que requieren tiempo, dinero y…, mucho tiempo.

Esto no es nuevo.

Tampoco lo es el hecho de que necesitemos una herramienta de monitorización que pueda juntar datos de cualquier dominio.

Por ejemplo, los datos de switches, cruzados con datos de usuarios concurrentes de SAP.

Datos de latencia con tiempos de sesión de una transacción web. 

Temperatura en Kelvin bailando al lado céntimos de euro, heartbeats positivos mirando de cerca el número de slots en espera en una cola de mensajes. 

Lo único que importa es el negocio.

Solo la vista final.

Observar, comprender y por encima de todo, resolver que todo está bien, y si está mal, tener claro a quién llamar.

Qué es la observabilidad real

Nosotros lo llamamos vistas de servicios.

No es difícil, proporcionamos herramientas para que tú, que conoces tu negocio, puedas identificar los elementos críticos y formar un mapa de servicio que se retroalimenta de toda la información disponible, venga de donde venga. 

El FMS  de Pandora significa Sistema de Monitorización FLEXIBLE, y se diseñó para obtener información de cualquier sistema, en cualquier situación y por muy compleja que sea, para almacenarla y poder tomar decisiones y acciones con ella.

A día de hoy nuestros mejores clientes son aquellos que disponen de una cantidad tan grande de información que otros fabricantes no saben qué hacer con ella.

Nosotros tampoco, no te voy a engañar, pero nuestros clientes con nuestra tecnología sí que lo saben.

Les ayudamos a procesarla y a hacer que tenga sentido. A hacer que sea observable

Nos gustaría decir que tenemos un tipo de magia que otros no, pero lo cierto es que no hay ningún secreto misterioso.

Cogemos la información de donde venga, sea la que sea, y la dejamos disponible para diseñar mapas de servicio.

Algunos son semiautomáticos, pero los clientes que saben que hacer con ella prefieren definir muy bien cómo implementarlos. Insisto, lo hacen ellos solos, ni siquiera nos piden ayuda.

Si quiere observar, primero necesitas monitorizarlo todo. 

Y en eso, podemos ayudarte.

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