Servicios de bicicletas compartidas y su monitorización

Las podemos ver en las calles de muchas ciudades. Resultan una alternativa ecológica y saludable a otros medios de transporte, y cada vez están más de moda. ¿Aún no las has probado?

Las bicicletas compartidas son un “nuevo vecino” con el que compartimos espacio cada vez con más frecuencia. En una época en la que los equipos de gobierno de las grandes ciudades están cada vez más preocupados por las cuestiones ambientales, las bicicletas se presentan como una alternativa ecológica y su uso compartido como una modalidad flexible, económica y cómoda para el usuario. ¿Qué tal si las conocemos un poco mejor y descubrimos después qué tiene que ver la monitorización en todo esto?

¿Cómo funcionan las bicicletas compartidas?

No es sólo una forma de hablar. Las bicicletas compartidas son una realidad en cada vez más ciudades, al amparo de los deseos de alcanzar una vida más saludable y disponer de un medio de transporte sencillo, barato y ecológico, ideal para desplazamientos cortos. Pero, ¿cómo funcionan? ¿Cuánto cuestan? ¿De dónde provienen? ¡Son unas cuantas preguntas! Comencemos con las respuestas.

– ¿De dónde provienen?

Aunque es ahora cuando están viviendo su mayor auge, las bicicletas compartidas llevan utilizándose en algunos países desde hace mucho tiempo.

Ya en 1964 se lanzó un programa piloto en Amsterdam, con no demasiada fortuna: la mayoría de las bicicletas acabaron siendo tiradas a los canales o robadas.

Años después, en 1974, en la ciudad de La Rochelle (Francia) comenzó el primer sistema municipal exitoso de bicicletas compartidas, que aún sobrevive hasta la fecha.

A partir de estas experiencias, múltiples ciudades, especialmente en el centro y el norte de Europa, establecieron sus propios programas de bicicletas compartidas, extendiéndose la práctica por todo el mundo a inicios del Siglo XXI, lo que trajo de la mano la creación de diversas empresas privadas que comenzaron a prestar también este tipo de servicios.

– ¿Cómo funcionan?

Los servicios de bicicleta compartida son bastante heterogéneos, y su funcionamiento depende de la ciudad en la que estén establecidos, de que su gestión sea pública o corresponda a empresas privadas o de otros factores, como los lugares de estacionamiento o si las bicicletas son convencionales o eléctricas.

Por ejemplo, de un modo general, se puede distinguir entre las bicicletas que pueden encontrarse en estacionamientos fijos repartidos por la ciudad y las que operan sin bases fijas (una modalidad más reciente), de forma que quedan estacionadas en el lugar donde el último usuario que las haya utilizado haya terminado su trayecto (dentro de determinadas zonas habilitadas al efecto).

De igual forma, también existen diferentes formas de uso y de pago.

Por ejemplo, podemos encontrar bicicletas que utilizan sistemas de tarjetas magnéticas, u otras que se reservan, pagan y desbloquean a través del teléfono móvil. En lo que sí suelen coincidir más es en que su uso suele ser temporal, casi siempre por horas o minutos.

– ¿Cuánto cuestan?

Como podéis imaginar, la respuesta a esta pregunta varía en función de la ciudad en la que nos encontremos. Por ejemplo, en algunas ciudades, se pueden adquirir bonos mensuales que funcionan como “tarifa plana” o abaratan el precio del uso temporal. Muy grosso modo podríamos decir que, en ciudades como Madrid, el precio es de aproximadamente 3 euros/hora, cifra, como decimos, que puede variar bastante según la ciudad y el modo de pago y uso.

Bicicletas compartidas y monitorización

Y ahora os preguntaréis, ¿qué tiene que ver todo esto que estamos contando con la monitorización? Pues aunque no lo parezca, mucho, y es que hoy en día todo tiene que ver con la tecnología.

Los lectores más agudos ya habréis detectado las relaciones que más saltan a la vista. Un servicio de bicicletas compartidas implica mantener un gran número de bicicletas en la calle, expuestas a pérdidas o robos. Por ello, desde hace tiempo las bicicletas de uso compartido suelen incorporar tecnologías como el GPS, con las que se intenta evitar este tipo de incidentes.

Pero no solo nos quedamos aquí. Cuando se trata de gestionar cientos o miles de bicicletas y decenas de estaciones en un entorno de varios kilómetros cuadrados la cosa se complica, y toda la ayuda que pueda brindar la tecnología parece poca.

Por ejemplo, en los estacionamientos suele haber terminales de acceso que permiten a los usuarios interactuar con el sistema de préstamo de bicicletas. Además, los dispositivos fijos (estaciones o peanas) que guardan las bicicletas también suelen disponer de sistemas tecnológicos que sirven para anclarlas, conocer el número de bicicletas disponibles o recargarlas en el caso de que se trate de bicicletas eléctricas, entre otras funciones.

Además, muchos de los servicios de bicicletas compartidas ofrecen a sus usuarios, a través de páginas web o apps, información acerca de las bicicletas disponibles, localización de estaciones y todo tipo de aspectos relacionados con el servicio.

Y por si fuera poco, las empresas que gestionan servicios de bicicletas compartidas también suelen contar con los equipos habituales que cualquier empresa de servicios suele utilizar, y que a veces implican un nada desdeñable parque informático.

Como podéis ver, en algo aparentemente tan sencillo como un servicio de bicicletas compartidas puede estar involucrada una considerable cantidad de tecnología. Ahora bien, como todo el que utiliza tecnología sabe, esta no es infalible; se ve expuesta a fallos o caídas en su rendimiento. Y aquí es donde la monitorización entra en juego.

banner full pandora fms free demo
banner tablet pandora fms free demo
banner mobile pandora fms free demo

Los sistemas de monitorización se encargan de supervisar la tecnología (hardware, redes y comunicaciones, o aplicaciones, por ejemplo) con el fin de analizar su funcionamiento y su rendimiento, y de detectar y alertar acerca de posibles errores.

Cuando se trata de monitorizar la tecnología de un servicio de bicicletas compartidas entramos, además, en un campo específico de la monitorización, lo que conocemos como monitorización IoT (Internet de las Cosas).

Una de las cosas que conocemos acerca de la monitorización IoT es que
la flexibilidad de los sistemas de monitorización es algo a tener muy en cuenta. Y si a esto añadimos la variedad de dispositivos y servicios que deben ser objeto de monitorización en un servicio de bicicletas compartidas, esto nos conduce directamente a Pandora FMS.

Porque Pandora FMS es un software de monitorización flexible, capaz de monitorizar dispositivos, infraestructuras, aplicaciones, servicios y procesos de negocio.

Y ahora es posible que necesites respuestas concretas. ¿Tienes necesidades específicas y quieres conocer exactamente qué es lo que Pandora FMS puede monitorizar? Lo tienes muy fácil, sólo tienes que enviar un mensaje consultando todas tus dudas a través del formulario de contacto que se encuentra en la siguiente dirección: https://pandorafms.com/es/contactar/

Antes de hacerlo y si quieres saber más acerca de la monitorización IoT de Pandora FMS, puedes echar un vistazo a este link: https://pandorafms.com/es/soluciones/monitorizacion-de-iot/

O también puedes entrar en nuestra página principal o conocer alguno de los clientes que ya confían en Pandora FMS, entre los que se encuentran multinacionales e instituciones públicas de todo el mundo.

No dudes en contactar con el equipo de Pandora FMS y enviar todas tus preguntas. ¡Estará encantado de atenderte!

Shares